martes, 4 de noviembre de 2008

EL TEATRO AMERICANO

Para cuando esto tenga valor alguno ya no servirá, porque ya tod@s sabremos quién es el próximo inquilino de la casa más blanca, más importante y más misteriosa del mundo. La ocupará un afroamericano, perteneciente al escasísimo porcentaje de la población mundial que consigue ser multimillonario antes de los 40 habiendo nacido en el seno de una familia humilde o, por contrario, vivirá en ella un rancio heptagenario veterano de la guerra de Vietnam que se rodea de fanáticos de las armas y milicianos del ejército de la castidad y el antiabortismo.
Sinceramente, opino que las cosas no cambiarán tanto si gana uno o tan poco si ganase otro, sobretodo teniendo en cuenta que estas elecciones se producen en un país donde llamar a alguien "socialista" el un insulto político de altísimo rango. Lo que me recuerda que cuando era pequeñito si hacía una guarrería delante de mi abuela, ella me decía: "eso sólo lo hacen los judíos", pero esto no viene al caso.
La gran pregunta no es quién será el presidente, sino ¿qué pondrán las televisiones la semana que viene? Porque a todos nos ha parecido una campaña electoral larguísima, más de un año si lo pensamos bien. Creo que llegados a este punto cualquiera de los 2 se merece ganar, independientemente de que sea un mal bicho o un auténtico inepto. Aunque solo sea por el esfuerzo titánico que tiene que ser mantener el tipo tanto tiempo, y que el cuerpo lo aguante, por supuesto. Y otra cosa, madre mía cuánto dinero se ha movido tan sólo para crear 2 mitos mediánticos a partir de un negro flaco y un viejo encogido. Pero lo que más me gusta de esto es la tremenda hipocresía con la que dan las gracias por todo ese dinero los candidatos. Nunca agradecen las fortunas obtenidas por parte de las empresas a las que luego les devolverán todos los favores solicitados (y los no solicitados también, la cosa es que no se cierre el grifo), no, siempre agradecen unos míseros dólares a un crío que rompió su cerdito de los ahorros o a una abuela que guardaba unos pocos dólares de plata "para una emergencia". Lo que nedie dice es que esas empresas pueden librarse de pagar unos sustanciosos impuestos (que irían al beneficio de la sociedad), ya que el dinero donado a las campañas políticas desgrava a hacienda.
Bueno, ya tenemos el dinero, ahora hay que gastarlo. Y no hay nada mejor que gastarlo en imagen, imagen y más imagen. Imagen televisiva, hoy en día quien no sale en la tele es porque no existe, hubo una semana en la que "el abuelo" no se quejaba de que las cosas estaban mal por la crisis y que él podía mejorarlas, qué va, se quejaba de que a él no le sacaban en la tele y al negro sí.
Luego, cuando ya tenemos la imagen, se sobreentiende que ésta tiene que estar limpia y nada mejor para limpiarla que una buena confesión ante un cura. Pero no un cura cualquiera, en una iglesia cualquiera, en el pueblito natal correspodiente a cada candidato, eso no vende. Tiene que ser un cura de la tele. Es curioso que en un país capitalista por excelencia, en el que el dinero todo lo rige y nada más que el dinero, haya que confesarse ante un cura para que la gente te mire con buenos ojos, esto me da para pensar con un poco de malicia, pero mejor me callo.
Sólo nos queda un pequeño detalle, la creación de un personaje que podamos arrojarnos a la cara todo el rato y sobre el que se puedan decir contradicciones constantes a fin de dar de comer a la máquina de la demagogia. O lo que es lo mismo, necesitamos un Juan Lanas, un Obrerete, un Currela, en versión americana, un Joe El Fontanero. Que luego ni es fontanero ni "ná" pero eso es lo de menos. Es curioso que a nadie se le haya ocurrido llevárselo de gira en la campaña y que de vez en cuando subiese al atril a decir que su hipoteca bajará con las medidas de menganito, o que su hija pequeña sonrie cada vez que fulanito sale en televisión.
Y todo esto junto se supone que es una campaña política en los Estados Unidos de América. Curiosa manera de ponerle nombre a algo que, más bien, parece un teatro con guión fijo y que no admite modificación alguna ni espontaneidad. Pues nada, ellos sabrán, o no sabrán y tragarán, o no tragarán pero creerán o vete tú a saber qué. Porque, al fin y al cabo, los votos los cuenta una máquina, nadie quiere tocar un maldito voto, nadie quiere hacerse responsable de este "sin dios".
JOST

2 comentarios:

María dijo...

jo hasta tus textos de política me gustan.Felicidades.La verdad es q menuda pasta se han gastado en la puñetera campaña tanto uno como otro jeje.Por no hablar de la larguísima campaña como ya dices tú...en fin...En breve sabremos quien gana aunque ya está claramente anunciado desde hace tiempo...y ojalá haya un buen cambio, y para bien...
Besitos mi niño:) María

Fibonacci States dijo...

Hoy he tenido una interesante conversación.

Mi interlocutor me decía, ha ganado Obama... el caballero andante americano ¡Vamos otro Zapatero!

Y yo le he dicho, mira, a mi no me gusta el futbol... Y la verdad el equipo del gobierno de España parece la directiva de un equipo de tercera...

Aunque lo mejor me lo dijeron ayer... los americanos no se andan con hostias, si no chuta, en un año se cargan a su presidente con un atentado y a tomar por culo.

Y hoy me pregunto ¿Pero que contertulios me encuentro en mi camino?

Jajajaja

Lo siento, la política actual es tan mediática que es bananera... un beso