jueves, 23 de octubre de 2008

¿PECADOR? QUÉ REMEDIO

Ayer mientras venía de practicar un poco de contorsionismo automovilístico, paseaba de forma sosegada por las distintas cadenas de la frecuencia modulada y me encuentro con una música celestial. Yo nunca rechazo una invitación a escuchar música celestial, sea esta un buen tema de mi querido Rammstein o el aria de Madame Butterfly. El caso es que la música se acaba y empieza a hablar un tal monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, y así sin precio aviso ni preparación va y me llama pecador ¿pecador yo? si todo el mundo dice que soy muy bueno, mis amigos, mi princesa, mi abuelo, incluso mi mami. Pues este señor empeñado en que yo era un pecador, y todo esto ¿por qué? Por la simple razón de vivir con mis padres, y lo que es peor, por tener novia y disfrutar de ella (y ella de mi). Según éste caballero vivir en casa de los padres hasta los 30 y pico es un pecado, y yo que creía que era una condena. Pues es un pecado porque los jóvenes no acatamos nuestro deber cristiano de afrontar la vida, porque los padres tienen celos de las personas que hemos elegido para casarnos y formar una familia, porque esos mismos padres fomentan y consienten la vagancia juvenil y el inutilismo hogareño que nos rodea. Ni que decir tiene que según este tipo el pecado más gordo era el de vivir el noviazgo como un matrimonio y al revés, lo cual consiste en quedar con tu novi@ cuando puedes y ocasionalmente el fin de semana para unas buenas dosis de mete y saca y luego casarse para vivir uno aquí y el otro allí por cuestiones varias y verse (y desearse) el fin de semana como si de novios apasionados se tratara. No entraré en el tema sexual del asunto porque si no, es posible que esta noche se me aparezca el fantasma de Escribá de Balaguer al frente de un ejército dominico de la inquisición. Este tío alegaba todas esas cosas para calificar como pecado una situación social irremediable, y estuvo así repitiéndose durante más de media hora. Pero como buen curita criado entre las manos de la opulencia y la hipocresía no dejó cabos sueltos y aludió a los problemas de sueldos de miseria, contratos basura, precios exorbitados de la vivienda, hipotecas prohibitivas, realidades en suma. Si, aludió a esos problemas... en frase y media.
JOST

2 comentarios:

María dijo...

Bueno, en primer lugar, me alegro de que hayas escrito, que ya hacía un montón que no leía un texto tuyo, y eso que te tengo al lado cada día...:)
Este es un tema que siempre que se escucha sorprende, ya que parece mentira que en la sociedad de hoy en día se siga pensando así¿Cómo no podrán darse cuenta de que la sociedad cambia?No peudes ver más alla de eso??
De todos modos yo ya estoy acostumbrada a eso ya se sabe que la Iglesia piensa así por eso le pasa lo que le pasa, no sabe adaptarse ni tampoco quiere hacerlo...
Hablaría mucho sobre este tema porque me cabrea muchísimo pero bueno,dejémoslo ahí...
Mil besitos guapi:)

Fibonacci States dijo...

Vaya vuelta a casa te dio... menos mal que antes te engañó un poquito con la música celestial, lo suficiente como para que le aguantaras el discurso. jajaja.

Vamos a ver, ¡No me digas que no se está bien en casa de los padres!

Es pura vagancia no ayudar en casa. Es pura comodidad dejar que te arreglen el cuarto y te tengan la comda y la ropa lita.

¿Para que complicarse la vida con recibos de habitaciones en pisos compartidos donde lo más probable es que acabes a la greña?

Para eso, ya tieens pollo en casa cuando quieras.

Y si, es cierto lo que dices, pero no son celos los de los padres. Es miedo al fracaso de los hijos, de ellos como padres, miedo a la distacia emocional, inevitable cuando uno se va a vivir su vida.

Sigue sin existir una escuela de padres y de hijos. Por lo demás, disfruta de tu novia y punto.

Besos